viejísimo. más de un año tiene.
Ni soñando hubiera creido llegar hasta aca. Nunca hubiera imaginado que después de tanto tiempo yo iba a estar así, casi resignada a lo que este por venir. Bien en correctos términos, pero sola. La soledad se ha convertido en mi grata compañía, quien me escucha y consuela mi llanto con su silencio, quien hace de la realidad, las palabras que en tinta reflejo. Estos dias ya son mi rutina, el vacio que logré llenar con más vacío. Sentimientos que enterré bajo escasa tierra y que lluvias pasajeras logran avivar, porque aún están. Y apesar de que estiro la mano a mi lado, donde debería estar quien me sueñe y quien me quiera, esperando encontrar a nadie, y justamente a nadie encuentro. Ya sé como es esto: vivo, revivo y reavivo sentimientos en una ruleta desde hace cinco meses. Ya me acostumbré y mientras antes soñaba con un cuento de hadas ahora sólo exijo que la realidad esté de mi lado. A medida que uno va perdiendo las cosas, con menos se va conformando y cuánto más tenemos, más queremos. Y esta es precisamente, la rutina de mis días, que de rutina ya nada tiene. Poruqe te soñé sin dormir, tanto que los sentimientos jamás se esfuman rápido y ahora te espero sin pedir nada más. Poruqe disfruto de la felicidad de lo normal. De la cotidianeidad de mantenerme sostenida por un deseo. Oculto? No tan oculto. Jugando un juego infinito para no rendirme, pidiendo malditas e inútiles revanchas cada vez que mis pies rozan el piso por mañana. NO ME DOY POR VENCIDA. y sigo soñando. Porque el destino esta escrito. O caigo, o vuelo. Pronto o no tan pronto, lo sabré. O eso espero, no vivir de una confusión, toda la vida...
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