22/1/10 viejo.



Sólo el tiempo trae tu recuerdo. Sólo eso. Intento no enlazar pero es imposible. Cada minuto me une a vos, y al intentar que lo contrario pase, cuando lo estoy casi logrando, recuerdo mi propósito y caigo nuevamente en mi punto de partida. Dicen que las eternidades no existen. Sí que existen, en los sueños de cada persona. Por eso es tan lindo soñar; para poder sentir al menos eso que queremos y no tenemos en la realidad.
Te encuentro en cada recuerdo. Te encuentro hoy, y más aún en mi ayer, pero anhelo que menos en mi futuro. Te encuentro en cada pedacito de pasado que viene volando. Sé que nada se olvida para siempre, sólo nos hacemos creer eso por momentos. Un amor nunca se olvida. Puede dejarse de sentir. Tampoco creo que donde hubo fuego, cenizas queden. Ya no. Ya perdí esperanzas al no tener lo que quiero, ya me rendí. Esta es una de las pocas veces en mi vida que no consigo lo que quiero y algo por lo que realmente luché. Esta vez no creí enamorarme en el camino. Aprendí a diferenciar lo que sentí por vos de lo que después vino. Nada, pero absolutamente nada hizo que yo creyera que me acercaba a vivir lo que viví por vos. Te amé más de lo que jamás hubiera imaginado. Te amé más que a nadie en este mundo. Y no niego que si hubiera que pagar por tenerte nuevamente, lo pagaría sin dudas, pero sé que ya perdí posibilidades y me harté de buscarte en otras personas. Sos el único en mi vida y sé que si lo supieras te encantaría. Pero nada cambiaría. Rescato mucho de mi pasado. Te rescato a vos principalmente. Porque fuiste el príncipe azul de mi propio e inexistente cuento. Todavía espero una de esas dos promesas. Todavía espero que nunca te olvides de mi. Que algún día dentro de treinta años me recuerdes aunque sea por al menos un minuto. Uno por los miles que están conmigo...

No hay comentarios: