Todos los enamorados del mundo creen que su amor es único y distinto, pero el de ellos sí lo era. Estaban hechos el uno para el otro, se tenían y deseaban fundirse en uno solo. Cuando estaban juntos el tiempo se aceleraba, y cuando estaban separados se hacía eterno. Podian pasarse horas mirandose a los ojos y nada más. Pero cuando se acariciaban, se besaban. Entonces no hay palabras para describir esa emoción.

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