Descubrí algo. Definitivamente tengo sentimientos. Y siguen habiendo cosas que me provocan un nudo en la garganta y ganas de llorar. Cosas. Esas cosas que no me importan en lo más mínimo porque no pueden importarme. Pero me pueden y me duele que me puedan. ¿Y qué hago yo escribiendo para él? No sé. Jamás lo hice. y jamás se me hubiera ocurrido hacerlo, pero lo necesito. Es como mudarme de casa. Es como cambiarme de país. Es raro. Pero bueno. No todo es para siempre, y aparentemente necesito aferrarme a algo.
Nada me sale bien. Tengo la vida dividida en tres partes. Una genial, otra normal, y otra en el peor momento de mi vida. Ya no sé que carajo es lo que hago mal. Busco y busco y no encuentro. No soy perfecta y lo sé. Pero no quiero serlo. La felicidad no está en la perfección. Y no sé dónde está. Nunca voy a ser lo que los demás quieren, y a mi me gustaría serlo. Por ende no soy lo que nadie quiere.
Y ahora, resulta que todo me sale al revés, que lo que creía que salía bien, se va al carajo. Que mi vida se ilumina por una serie de luces intermitentes, que dan señales, se prenden y a los cinco minutos, no más se apagan por un rato laaaaaaaaaaaaaaaargo largo..

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