Y voy a seguir escribiendo hasta que se me tuerzan los dedos de las manos de tanto usarlos, y voy a empezar a llorar cada tanto, cuando tenga ganas, como antes. Y no voy a querer cambiar nuevamente, ya no, no porque no este bien, sino porque no puedo, y no poder hacer algo me hace mal. Siempre me hice creer a mi misma que podía hacer todo, y no es así. En lo más mínimo. No puedo escribir como la mejor. No puedo actuar como la mejor. No me va en el colegio como a la mejor. Ya no hay nada en lo que me crea insuperable. Porque no hay nada en lo que lo sea. Siquiera en lo que soy buena de verdad. Jamás voy a ser la más linda, ni la que tenga mejor cuerpo, ni la que escuche más, ni la más madura. No puedo ser ni la más alta ni la más baja. Soy una persona normal. que odia lo normal. Lo básico, lo común. Era diferente. Cuando creía que lo era. Odio ese montón de gente que aunque por afuera sean diferentes pareciera que están todos vestidos de idénticas camisetas rojas. Y odio ser una más del montón. De esas infelices que se quejan por todo, y que pierden la sonrisa ante cualquier piedrita que se cruza. Y odio ser así ahora, porque antes no lo era. Mente en blanco Rosario... Uno, dos, tres. Respiro hondo y sigo viviendo

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